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Rocio Castro. Departamento de Comunicación.
23 de octubre de 2008
Fuente: Green Car Congress
En base a los objetivos anunciados y a las normativas pendientes de regulación, BP estima que, para 2030, los biocombustibles podrían llegar a suponer entre un 11 y un 19% del mercado de combustibles para transportes. Asimismo, según declaró Susan Ellerbusch, VP de biocombustibles a nivel internacional de BP, la empresa cree que existe una posibilidad de que para 2030 se utilice hasta un 30% de biocombustibles para transportes, si el sector sabe cómo dirigir algunos de los asuntos tecnológicos y relacionados con fuentes de suministro y terrenos que aún existen actualmente.
El suministro de una cantidad tan agresiva como son más de 600.000 millones de litros de biocombustible para el año 2030, requerirá un progreso, especialmente en el sector de los biocombustibles desarrollados a partir de celulosa. Estas fueron las palabras de Ellerbusch en una ponencia para la III Conferencia anual de Biocombustibles y Etanol Celulósico de Platts celebrada en Chicago (3/10/2008).
Además, declaró que otros de los factores claves serían la “apertura” que debe producirse en cuanto a vehículos para favorecer un mayor uso de biocombustibles en el mercado, así como el desarrollo de las infraestructuras necesarias.
Al hablar de si puede ser un 11, un 19 o un 30%, una gran parte depende de cómo se creen realmente estos biocombustibles sostenibles. No es sólo producir un biocombustible, se trata de producir el biocombustible adecuado. Desde nuestro punto de vista, no todos los biocombustibles se crean del mismo modo, por lo que creemos que es un imperativo importante desarrollar biocombustibles más avanzados, como los creados a partir de celulosa. No se trata sólo de mejores biocombustibles, moléculas mejoradas o enfoques. Estamos buscando formas de minimizar el impacto medioambiental, por lo tanto, no entramos en el debate alimentos vs. combustibles.
—Susan Ellerbusch
BP formó su grupo de biocombustibles en 2006. Desde entonces, la empresa ha invertido más de 780 millones de euros y el grupo ha pasado de estar formado por 6 empleados a tener 70. BP sigue un enfoque en tres líneas con respecto a los biocombustibles.
En primer lugar, está mejorando el etanol de primera generación, concentrándose en el etanol a partir de caña de azúcar. A principios de año, BP anunció la compra de una participación del 50% de Tropical BioEnergia S.A., una UTE formada por las compañías brasileñas Santelisa Vale y Maeda Group y que está construyendo en Brasil (Edéia, estado de Goias) una refinería de etanol capaz de producir 435 millones de litros al año. Esta UTE, en la que Santelisa Vale y Maeda Group poseen un 25% cada una, pretende además construir una segunda refinería de etanol, con una inversión total en ambos proyectos de aproximadamente 780 millones de euros. Hace dos semanas se produjo el primer etanol de la unidad (nota anterior).
El etanol a partir de caña de azúcar cuenta con un mejor equilibro de emisiones de gases de
efecto invernadero, además de producir productos secundarias, como el bagazo, que podrían
utilizarse para calderas. Además, BP busca la posibilidad de convertir el etanol de caña de azúcar
en butanol de caña de azúcar en el futuro.
La tierra que utiliza la UTE de Brasil era terreno de pasto deteriorado, a más de 1.000 Km. de distancia del Amazonas. Ellerbusch declaró que existían unos 25-35 millones de hectáreas de este terreno en mal estado que podrían suponer una opción viable para seguir con el desarrollo de biocombustibles. Utilizando ese terreno para la producción de caña de azúcar se podrían obtener unos 150.000 galones adicionales de biocombustible, equivalentes a aproximadamente el 10% de la demanda actual de gasolina. En segundo lugar nos enfocamos en moléculas de tecnología más avanzada, como el biobutanol. La colaboración BP-DuPont en la producción de biobutanol está arrojando buenos resultados (nota anterior). Nuestros socios han demostrado unas tasas de mezcla del 16% con el biobutanol frente al 10% con el etanol (Bu16 vs. E10). La planta demo, situada en Reino Unido, comenzará la producción de 19 millones de litros al año en 2009.
Ellersbusch anunció la intención de BP de introducir el biobutanol en el mercado de EE.UU. en los próximos años, aunque matizó que “no es algo normal introducir nuevas moléculas en la cadena de carburantes”, por lo que el proceso de prueba y aprobación llevará tiempo.
En tercer lugar se sitúa la atención a biocombustibles avanzados a partir de lignocelulosa. Aunque se están investigando una variedad de rutas de conversión, BP se centra en la fermentación bioquímica, siguiendo la ruta elegida para los biocombustibles celulósicos.
En agosto, BP realizó una inversión de 70 millones de euros en Verenium y fundó una colaboración estratégica para acelerar el desarrollo y la comercialización de etanol celulósico (nota anteriot). Además, BP también colabora con Mendel Biotechnology, una empresa de genómica funcional, para acelerar el programa de cultivo de plantas perennes que puedan utilizarse como materia prima para producir etanol celulósico (nota anterior).
De forma adicional, BP realizó una inversión de 390 millones de euros a diez años en el Instituto de Biociencias de la Energía (EBI), junto con la Universidad de California, Berkeley y sus socios, la Universidad de Illinois, Urbana-Champaign y el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley. En principio, el EBI se centrará en biocombustibles renovables a partir de plantas de cultivos existentes y nuevos cultivos para el transporte terrestre(nota anterior).
Tanto Ellerbusch como John McKenna, director ejecutivo del banco de inversión energética Hamilton Clark & Co., quien presidió su sesión, apuntaron que el entorno actual, con la congelación del mercado crediticio y la caída en picado del mercado bursátil, es un momento excelente para invertir en compañías del sector de biocombustibles avanzados.