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Marzo

"El Centro de Investigación Diego Velázquez" comienza sus actividades con la exposición "En torno a Santa Rufina: Velázquez de lo íntimo a lo cortesano"

3 de marzo de 2008

  • El libro de la exposición refrenda la importancia e impacto del lienzo de Velázquez a lo largo de su atribulada historia y peregrinar.
  • Nuevos datos técnicos, avalados por el Museo del Prado, confirman la autoría de "Santa Rufina".

Sevilla, 3 de marzo de 2008.- El "Centro de Investigación Diego Velázquez" ha inaugurado hoy la exposición "En torno a Santa Rufina: Velázquez de lo íntimo a lo cortesano", integrada por varias obras del pintor hispalense, y que ocupará la sala principal de exposiciones de la sede de Focus-Abengoa hasta el 4 de mayo.

El acto de inauguración ha estado presidido por Felipe Benjumea, presidente de la Fundación Focus-Abengoa; el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín; la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Maribel Montaño; José Jiménez, director general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, y la directora general de la Fundación Focus-Abengoa, Anabel Morillo León.

La exposición "En torno a Santa Rufina: Velázquez de lo íntimo a lo cortesano" constituye todo un acontecimiento para la ciudad, por aunar los elementos históricos, técnicos y artísticos que evidencian la autoría de Velázquez, y estudian a Santa Rufina en el contexto creativo del pintor, poniendo de relieve la dualidad de su trabajo en la Corte. Lo íntimo representado en obras como "Santa Rufina" o "La Sibila" (ca. 1630-31), posible retrato de Juana Pacheco, de una intensa y secreta verdad, y lo oficial y cortesano, ejemplificado en el retrato de "La infanta doña María reina de Hungría" (ca. 1630), hermana de Felipe IV, en deuda técnica con los dos lienzos anteriores.

Para esta ocasión se ha editado un libro que recoge las últimas aportaciones realizadas por los comisarios científicos del proyecto Benito Navarrete y Alfonso E. Pérez Sánchez, que arrojan luz sobre el recorrido del cuadro desde que se localizara en la colección de la Casa de Alba a finales del siglo XVIII hasta la actualidad. Entre los nuevos documentos encontrados, se confirma la presencia de "Santa Rufina" entre las pinturas que el comerciante de vinos gaditano, Sebastián Martínez, tenía en su casa de Madrid y no en Cádiz, así como su relación con la Duquesa de Alba, musa y amiga de Goya. Esto pudo explicar su traspaso a la colección de Martínez, continuando un peregrinaje que ha quedado documentado paso a paso por diferentes colecciones.

También se hace referencia al perfil de los coleccionistas y a la conformación de sus gustos, lo que ha dotado a las aportaciones realizadas de una especial relevancia en relación a la expectación e impacto que siempre despertó el cuadro, objeto de inversión a lo largo de su viajera historia, sacando a la luz por vez primera toda la documentación existente, gracias a las investigaciones en la sala de Manuscritos de la Biblioteca Nacional, el Archivo Histórico de Cádiz, el de Protocolos de Madrid y The Courtauld Institute of Art de Londres.

Gracias a estas aportaciones, se ha podido saber que el cuadro "Santa Rufina" perteneció a finales del XVIII y durante el siglo XIX a los mismos coleccionistas que también tuvieron "Los Músicos" y el "Retrato de Dama" de Velázquez, actualmente en el Museo de Berlín, o el intenso y descarnador cuadro de la "Vieja y el niño" de Murillo, actualmente en el Museo Wallraf-Richartz de Colonia.

El texto citado ayudará además a sentar las bases sobre el propósito del "Centro Velázquez", creando y reconstruyendo las diferentes colecciones por las que ha pasado "Santa Rufina", un cuadro muy codiciado y deseado, hasta tal punto que la reina Isabel II se planteó su compra en 1844, momento en el que fue calificado por José de Madrazo, Rafael Tejeo y Valentín Carderera, así como el resto de académicos de San Fernando, como un Velázquez de primera categoría, aunque mal restaurado, circunstancia que ha perseguido la fortuna del cuadro.

Por otro lado, hay que resaltar la decisiva colaboración del Museo Nacional del Prado en este proyecto expositivo, que ha prestado para la ocasión las dos obras que más directamente se relacionan con "Santa Rufina": "La Sibila" y "La infanta doña María reina de Hungría". A ellas se une el depósito por parte del Ayuntamiento de Sevilla de "La imposición de la casulla a san Ildefonso", otra de las obras que guardan una especial relación con Santa Rufina por las cabezas femeninas que aparecen en el rompimiento de gloria de la casulla, considerándose como el primer eslabón dentro del proceso creativo de Velázquez que arranca de 1623, fecha en la que se pinta el cuadro del Ayuntamiento, y que concluye en 1630, cuando afronta la "Santa Rufina".

La colaboración del Museo del Prado ha sido también decisiva por aportar todo el material técnico, radiográfico y de los estudios de pigmentos comparativos de "Santa Rufina", que fueron extraídos por el gabinete de documentación técnica del Museo tras el depósito y correspondiente análisis del lienzo en 1993. Estos estudios –que nunca antes se habían hecho públicos al estar el cuadro en manos privadas- junto al estudio completo y exhaustivo de la jefa del gabinete de documentación técnica y una de las máximas expertas en la técnica del pintor sevillano, Carmen Garrido, han sido decisivos en la ratificación definitiva de la autoría de Velázquez para el cuadro. También ha sido determinante su comparación con otros elementos técnicos de los lienzos de Velázquez que hay en el Prado, y que se exponen en el gabinete que se ha creado para la ocasión, dando al público la posibilidad de aprender de la técnica del maestro y formarse un juicio propio, siendo reseñable la apuesta museográfica desplegada una vez más gracias a "El Taller" de García de Cubas, premio de diseño de la Bienal de Alejandría.



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